Estéreo360º 243: En tránsito

KIM GORDON 2024

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Hay poco que explicar en esta ocasión. Se trata de un Estéreo360º hasta arriba de novedades «en tránsito». El tránsito de 2023 a 2024. Las ultimísimas del año pasado y las primerísimas del presente. Para, entre otras cosas, ser testigos de la presentación del segundo disco como solista de la GRAN Kim Gordon; la colisión entre dos estrellas de la música urbana latina del calibre de Kali Uchis y Peso Pluma; un nuevo y delicioso adelanto del disco de Helado Negro; la más que estimable colaboración entre Pipiolas y Rigoberta Bandini; el inesperado regreso de la que fuera vocalista de Xmal Deutschland, Anja Huwe; el no menos inesperado retorno de Nudozurdo; la consagración de Emilia y Pablo; o la inminencia del segundo disco de The Smile.

KALI UCHIS + PESO PLUMA

MENÚ SONORO

KALI UCHIS & PESO PLUMA (Igual que un ángel) / THE SMILE (Friend of a Friend) / NUDOZURDO (Elvira / Santuario combate) / DEPEDRO (La siembra) / RADIOTRÓNICA (De otro mundo) / FAT DOG (All the Same) / SHABAZZ PALACES FEAT. STAS THEE BOSS & IRENE BARBER (Angela) / EMILIA Y PABLO (Muchacha) / PIPIOLAS FEAT. RIGOBERTA BANDINI (La niña bonita) / HELADO NEGRO (Best for You and Me) / AUSTIN TV (Máquinas abstractas) / HOWLIN’ JAWS (Bewitched Me) / ANJA HUWE (Rabenschwarz) / BALCANES (#1) // BONUS TRACK: KIM GORDON (BYE BYE) //

HELADO NEGRO

Si desean escuchar esta nueva entrega de Estéreo360º -más que nada porque deberían, viene a ser obligatorio y les va a encantar-, pueden darle al play o descargar el podcast por ahí arriba del todo a través de la página del programa en iVoox (donde pueden también escuchar y descargar todos los programas) y/o sintonizar la web de Radio Círculo el martes 23 de enero de 2024 a las 20 horas y/o el sábado 27 a las 17:00. Como siempre, el podcast está además en los principales agregadores: aquí están todos los enlaces.

PIPIOLAS + RIGOBERTA BANDINI

Estéreo360º 213: Versos Sueltos

ELLE BELGA

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Aquí DJFlow, el de Estéreo360º, activada su visión panorámica de alcance estrictamente anual. Sí: cuando se estrena este programa, andamos haciendo recesión, balance, resumen y recapitulación de este 2022, el de las muchas sangrías. Una tarea (al menos para el que les habla) tan inútil como gratificante, tan trabajosa como entretenida. Los que gozamos de muy poca memoria necesitamos escribir y conservar por escrito lo escuchado, para al menos guardar un pedazo de lo que -cuando se acaba el año y con cierta perspectiva- consideramos más representativo y disfrutón de la cosecha.

MARIA RODÉS

A ver, toda esta chapa y la que sigue, a cuento de que, al contrario que en otras ocasiones -al menos en diciembre, veremos qué pasa tras el empacho de tránsito al año nuevo-, no habrá programas típicos de lo mejor de…. Aunque sí un par de intentos atípicos: para este programa y el siguiente, que son los últimos de 2022. Éste primero recopila diecinueve canciones, bonus y re-bonus tracks incluídos. Y todas muy sostenibles, ya que son a la vez producto de proximidad y de temporada: creadas en España y editadas a lo largo del último trimestre.

LAGARTIJA NICK

19 canciones variopintas elegidas, colocadas y mezcladas casi (solo casi) al azar; y unidas además -parte de todo ello es elucubración a posteriori, pero ya saben cómo funcionan estas cosas- por el hecho estar ejecutadas en su mayoría por un puñado de artistas con tendencia a lo marginal y lo francotirador; y de que, mayoritariamente, reúnen diversos motivos, ritmos y sabores folclóricos, aires de nostalgia y melancolía, letras, poesía y universos especialmente cuidados y mucho espacio y/o presencia vocal. De ahí que, a este exclusivo DJFlow Mix, le haya puesto de nombre Versos sueltos.

SOFÍA COMAS & SOLEÁ MORENTE

Por si no conocen la expresión: literalmente se refiere al verso que no rima y/o no respeta la métrica, pero -aplicado a una persona- habla de quien, dentro de un colectivo con supuestos objetivos comunes, tampoco “rima” del todo. Que va por libre, vaya. Se aplica especialmente en política, pero creo sinceramente que estas canciones también van por libre y marcan su propio camino sónico y lírico… aunque acaben funcionando armónicamente dentro de un colectivo. Y encima unas pocas, además de ser algunas de mis canciones favoritas de los tres últimos meses, forman parte de mis más queridos discos españoles de 2022. Pero no daré más pistas.

GAMBARDELLA

MENÚ SONORO

SANDRA MONFORT (Estrany triangle amorós) / ELLE BELGA (Qué niño soy) / GUADA (Cómo no) / XOSÉ LOIS ROMERO & ALIBORIA (La leyenda del tiempo) / ALBERTO Y GARCÍA CON DEPEDRO (Por el camino) / SOFÍA COMAS & SOLEÁ MORENTE (Ay, voz secreta) / MARIA RODÉS (Fuimos los dos) / VICENTE NAVARRO (Camposanto) / NACHO CASADO (El nadador) / ARDE (Himno a la clase media) / MIGUEL CAMPELLO (Bailar el silencio) / LAGARTIJA NICK (Pájaro de angustia) / LOS PUNSETES (España corazones) / FEE REEGA (Fuera de mí) / ENRIC MONTEFUSCO (Épica neurótica) // BONUS TRACKS: ANTIPLANCTON (Lenguas muertas) / ANTÍA MUÍÑO (Nunha estrela) / CARABALLO (Déjame vivir) // RE-BONUS TRACK: GAMBARDELLA (Ra) //

LOS PUNSETES

Les recuerdo una vez más que, si desean escuchar esta nueva entrega de Estéreo360º -ya saben que deberían, que viene a ser obligatorio y que les va a encantar- pueden darle al play o descargar el podcast por ahí arrriba del todo y/o sintonizar la web de Radio Círculo el martes 13 de diciembre a las 20 horas y/o el sábado 17 de diciembre a las 17:00. Como siempre, este podcast está ya tambien en los principales agregadores: Apple Podcasts, Player FM, Castbox… Tranquilidad: aquí están todos esos enlaces.

ANTÍA MUÍÑO

El disco de mi vida

Como cada año, Fnac celebra el 21 de junio, Día Internacional de la Música, con el objetivo de fomentar, difundir y compartir la cultura. Para ello ha organizado la exposición El disco de mi vida, compuesta por 25 retratos realizados por Alfredo Arias, acompañados de otras tantas entrevistas de Luis Miguel Flores, quienes han reunido a una variedad de músicos de diferentes géneros y generaciones que han posado con y han hablado del disco que para ellos ha marcado un antes y un después, el que les ha insuflado vida y pasión por lo que hacen. Un homenaje a la música y a los que la hacen posible.

Alfredo Arias & Luis Miguel Flores (Fotografía de Fernando Parrilla – Daltonic Color Obsesión)

Alfredo Arias es el encargado de poner cara a los músicos junto al álbum que ha sido fundamental para su vida o su carrera. De la mano del periodista musical Luis Miguel Flores, cada fotografía va acompañada de una entrevista en la que los retratados nos revelan su experiencia con la música y con ese disco en particular. Juntos, nos invitan a sumergirnos en un viaje revelador sobre la importancia que tiene la música en nuestras vidas y en la de los artistas que hacen que la sintamos como algo inherente a nosotros.

Toda la información sobre El disco de mi vida aquí

Presentación «El disco de mi vida» con Soleá Morente (Fotografía de Juan Baudet)

Artistas y discos / Fotografías y entrevistas

(Puedes leer las 25 entrevistas en este enlace)

Oscar Mulero: Bauhaus. 1979 -1983 (1985)

Olaya Pedrayes (Axolotes Mexicanos): Juniper Moon. El resto de mi vida (2002)

Rayo: Stereolab. Dots and Loops (1997)

Marc Ros (Sidonie): The Who. Sell Out (1967)

Lo descubrí en 1994/1995. Tenía 20 y muy pocos. En esa misma época descubrí “The Piper at the Gates of Dawn” de Pink Floyd, el “Sgt. Peppers…” de los Beatles, “Their Satanic Majesties Request” de Rolling Stones u “Ogden’s Nut Gone Flake” de Small Faces. Cualquiera de ellos podría haber sido el elegido. Pero me quedo con este porque me llamo la atención desde la portada hasta su conexión con el pop-art.

Marc Ros (Sidonie) (Fotografía de Alfredo Arias)

Fue una época de descubrir una serie de discos de 1967: creo que en ningún año de la historia del rock han salido discos tan buenos. Concebidos como si fueran un todo, una novela o una película. Te invitan a tumbarte en el sofá, ponerte los cascos y que te cuenten una historia. Que cada canción esté perfectamente secuenciada, bien pensada para que haya una trama, es algo que me apasiona. Es algo que he perseguido toda mi vida en la música.

The Who es buen puente entre la generación de los grupos de garaje y la psicodelia más fina de los Beatles y del underground. Aparte, conciben este disco como un programa de radio con sus jingles, lo que me parece muy original. Generan un vínculo con el pop art y resumen a la perfección el espíritu del Swinging London. Cada vez que escucho el disco me dejo llevar por su magia y me emociona igual que la primera vez (Entrevista de Luis Miguel Flores).

Ed is Dead: Björk. Post (1995)

Frank T: Public Enemy. It Takes a Nation of Millions To Hold Us Back (1988)

Depedro: Pretty Things. Parachute (1970)

Mala Rodríguez: Digable Planets. Reachin’ (A New Refutation of Time and Space) (1993)

Tengo el recuerdo de haber escuchado estas canciones rollo 1995. Fueron de las primeras de hip hop que me volaron la cabeza: había una chica y me encantaba su estilo: ese rollo pausado, una onda nueva. Metían muchos elementos jazzeros, y a mí me encantaba el jazz. Fue un descubrimiento total, y de hecho yo lo que quería era ser ella, quería rapear como Ladybug Mecca y la cogí como mi referente. Poco después de escucharlos di mi primer concierto y todo salió mal, empecé a gritar y me quedé afónica. Pero ella me dio pie a saber cómo se podían hacer las cosas. Es de los primeros discos de rap que simbolizaron algo genuino para mí, que marcaron mi camino. A Ladybug la he “acosado” por redes hasta que me ha seguido. Y de vez en cuando nos mandamos mensajes. Me encanta saber que sigue tan hermosa como siempre y que sigue haciendo cosas. Es muy bonito. Pero nunca he podido ver a Digable Planets en directo.

Mala Rodríguez (Fotografía de Alfredo Arias)

Antes de llegar Internet una casi no podía elegir sus influencias. Yo escuchaba básicamente la música que ponía mi tío en casa: mucho jazz, rock progresivo, copla y flamenco. Un mejunje “tó guapo”. Además de lo que cogíamos en la radio en Cádiz: música Rai de Argelia y música de Marruecos. También empecé a escuchar r’n’b de En Vogue o Mc Lyte, y eso me volvió loca. De ahí pasé al hip hop. Ahí descubrí mi lenguaje. Tenía amigas que tocaban flamenco e incluso un amigo del instituto que hacía death metal. Me parecían cosas interesantes pero no me acababan de llegar. El hip hop te hacía escribir y encontrar tu estilo: me parecía muy libre y yo quería contar algo profundo (Entrevista de Luis Miguel Flores).

Crudo Pimento: Exuma. Exuma (1970)

Fernando Pardo: The Chesterfield Kings. Here Are The Chesterfield Kings (1982)

Xoel López: Varios Artistas. Tropicália ou Panis et Circensis (1968)

Servando Carballar (Aviador Dro): Kraftwerk. The Man-Machine (1978)

En 1978 teníamos un grupo punky que se llamaba Los Drugos. Nuestros grupos favoritos eran The Stranglers, los Pistols, los Undertones, los primeros Ultravox… Un día leí en las revistas que iba a salir el primer disco de Blondie, que nos gustaban mucho a Arturo Lanz (luego en Aviador Dro y Esplendor Geométrico) y a mí. Entonces fui a la tienda a comprarme el LP de Blondie y justo al lado estaba el “Man Machine” de Kraftwerk. Yo no sabía quienes eran ni nada, pero me llamó mucho la atención la imagen del grupo y me lo compré por la portada y por los títulos de las canciones (“Spacelab”, “Metrópolis”…) porque era muy aficionado a la ciencia ficción.

Servando Carballar (Aviador Dro) (Fotografía de Alfredo Arias)

Cuando lo empecé a escuchar no entendía nada. Me sonaba un poco a Giorgio Moroder, por los secuenciadores. Pero era otra cosa. Lo escuché tres veces seguidas porque no conseguía que mi mente penetrase en la propuesta… pero me fascinaba de alguna manera. De repente se me revelaron las neuronas y me lo aclararon. Empecé a sumar 2 + 2: el expresionismo alemán, el futurismo… y al final es el disco que más ha influido en toda la carrera de Aviador Dro. Desbarató todo lo que conocía hasta ese instante y lo reemplazó. De manera que dijimos “esto es lo que queremos hacer”. Empezamos a escuchar rock alemán (Neu!, Faust, La Dusseldorf…) y en el anuncio que pusimos para buscar a la gente que luego formaría con nosotros Aviador Dro y los Obreros Especializados, especificamos que queríamos hacer rock alemán tipo Kraftwerk (Entrevista de Luis Miguel Flores).

Rufus T. Firefly: Pink Floyd. The Dark Side of the Moon (1973)

Niño de Elche: Antonio Mairena. El calor de mis recuerdos (1983)

Amparo Llanos (Dover): Nirvana. Nevermind (1991)

Miguel Ríos: Elvis Presley. Elvis Presley (1956)

Yo tenía unos 15 o 16 años y trabajaba en unos grandes almacenes de Granada donde pusieron una sección de discos y me mandaron a mí de aprendiz. Ya tenía contacto con el rock: había escuchado a Tommy Steele (la respuesta británica a Elvis) y había visto la película King Creole (El barrio contra mí, en castellano) de Elvis. Recuerdo abrir las cajas donde estaban los vinilos (que despedían un olor muy agradable, que casi te colocaba)… y cuando vi esa portada de Elvis me quedé congelado. Puse el disco en un tocadiscos que teníamos en el almacén y cuando escuché Hound Dog no tenía ni idea de lo que era. Sólo sabía que era salvaje; la representación de lo que yo entendía por aquel entonces como algo salvaje. No sabía por qué, no entendía lo que sonaba, ni lo que cantaba, pero me tenía completamente electrizado.

Miguel Rios (Fotografía de Alfredo Arias)

Al lado de los grandes almacenes había un hotel llamado Nevada (ahora Meliá), y yo llevaba los singles que iban saliendo a los músicos de la orquesta del hotel (se llamaba Los Nevada) para que se los aprendieran. Como sabían que yo era cantante aficionado (ya había cantado en el colegio) me invitaron a actuar con ellos y acabamos montando juntos la maqueta, la demo que mandé a la Phillips. Había canciones como La plaga, de los Teen Tops (pioneros del rock mexicano) que al fin y al cabo eran versiones del rock de Elvis y similares. Con esa demo gané el concurso de radio Cenicienta 60, y en 1961 ya me fui a Madrid.

Vi a Elvis en directo en el International Hotel de Las Vegas, en uno de los conciertos donde se grabó “That’s the Way It Is” (1970) y me costó una pelea a puñetazos con un amigo a la salida, porque durante todo el concierto me decía ¡Qué gordo está el hijo…! Y yo: ¡Cállate! ¡Me cago en tu…! (risas generales e incontenibles). Hasta que salimos y acabamos dándonos, te lo juro. Yo adoraba la voz de Elvis, me parece la perfección. Luego el uso que hizo de ella en los últimos años, el amaneramiento final, me jode. Pero conociendo a su manager, el Coronel Parker, no me extraña nada. (Entrevista de Luis Miguel Flores)

Juan Aguirre (Amaral): The Smiths. The Queen Is Dead (1986)

Josele Santiago: Flamin’ Groovies. Flamingo (1970)

Rodrigo Cuevas: The Knife. Deep Cuts (2003)

Maria Rodés: Lhasa. La llorona (1997)

Debí escuchar “La llorona” por primera vez en 2010, más o menos. Me sorprendió mucho la producción del disco: es muy natural, muy orgánica; tiene sonido de agua, de viento. Eso me atrapó desde un inicio. Yo ya estaba haciendo música, y de hecho descubrí a Lhasa de Sela gracias a Maru Di Pace, que fue la productora de mi disco “Sueño triangular” (2012). Me atrajo también porque era algo parecido a lo que yo venía haciendo: grabar sonidos naturales.

Hubo una conexión y una afinidad desde el principio: sentí una sensibilidad parecida en Lhasa, y además me ha ayudado a definir cierta estética en algunos de mis discos, es una referencia a nivel de producción. Quizá especialmente en el último, “Lilith”, que está inspirado por las brujas y es mi disco más folclórico. De hecho hay mucha influencia del mundo mexicano en canciones como La extraña o Con los pies desnudos. La instrumentación de “La llorona” fue muy inspiradora para “Lilith”, toda su atmósfera tiene algo muy mágico. De hecho, ambas son figuras un poco paralelas en lo mitológico.

Maria Rodés (Fotografía de Alfredo Arias)

Lo veo como un disco que tiene mucha fantasía, en el que el folclore está tratado de una forma muy personal. Me cuesta, pero me gusta, encontrar artistas que tengan un sello tan identitario, con tanta personalidad. Además este disco transpira esa fusión, esa mezcla de identidades de la propia Lhasa. Está mirando a esa cultura mexicana tan mágica desde la óptica de una mujer estadounidense y a la vez francófona.

A día de hoy ya casi no escucho “La llorona”. No conecto con él de la misma forma. Me sigue acompañando pero no con la misma intensidad. El enamoramiento más pasional ya pasó, ahora es un amor más tranquilo. En realidad, no escuché mucha música durante el confinamiento, pero sí compuse mucha música, y con ella hice mi pequeño refugio frente a una realidad que me superaba en todos los sentidos encerrada en un piso de 35 metros cuadrados. De hecho compuse mi próximo disco al completo (Entrevista de Luis Miguel Flores).

Fernando Alfaro: Robyn Hitchcock & The Egyptians. Element of Light (1986)

Amparo Sánchez (Amparanoia): Billie Holiday. Lady In Satin (1958)

Actuación de Soleá Morente en la presentación de El disco de mi vida (Fotografía de Juan Baudet)

Soleá Morente: Cocteau Twins. Treasure (1984)

Luz Casal: Creedence Clearwater Revival. Cosmo’s Factory (1970)

Rocío Márquez: Lole y Manuel. Nuevo día (1975)

La primera vez que escuché “Nuevo día” fue en casa. Tenía 7 u 8 años. Yo ya andaba por las peñas, metida en entornos en los que podía escuchar flamenco tradicional. Lo tenía puesto mi madre (era uno de sus favoritos) y fue un flechazo. En gran medida, parte del por qué me enamoré del flamenco es por este disco. Y sobre todo, fue un momento en el que vislumbré toda la amplitud que podía tener. Viéndolo con en perspectiva, también marcó mucho mi visión del arte y del flamenco: esa libertad con la que ellos entendieron la raíz.

Hay una parte en la poética que sostiene que me parece totalmente conmovedora; y hace una revisión importante, integrando todos los códigos tradicionales en nuevas composiciones para volver a las temáticas de siempre desde una nueva perspectiva, haciéndolo a la vez con una belleza estética impresionante. Esa renovación del flamenco para mantenerlo vivo y otorgarle la libertad de ser hijo de su tiempo… en eso fueron unos valientes. Quizá lo que más me llega de este disco es ese darse permiso. Lole y Manuel eran muy auténticos, y esa autenticidad es lo que más flamenco me parece. “Nuevo día” fue un punto de inflexión 4 años antes de “La leyenda del tiempo” (1979) de Camarón, pero yo incluso me iría antes, a Smash. De hecho dudé entre Lole y Manuel y Smash, pero “Nuevo día” me conecta más a nivel emocional con mi infancia.

Rocio Márquez (Fotografía de Alfredo Arias)

Ganar la Lámpara Minera en 2008, con 22 años, fue un punto de inflexión. Se abrieron puertas, trabajé con músicos a los que admiraba, el escenario empezó a ser escuela. Por miedo a decepcionar, empecé a repetirme. Yo soy más inquieta: el cuerpo me pide ir buscando; pero reprimí ese impulso de tal manera que llegué a no sentir nada. Paré y me di margen. Afortunadamente empecé a permitirme. Llegaban artistas que me llevaban a registros que no había explorado. Empecé a tener una visión nueva. Uno de mis salvavidas fue “Nuevo día”: equilibra perfectamente tradición, raíz, lo auténtico… con la necesidad que tienes de transmitir lo que deseas en el momento. Algo tan natural como ser permeable, incorporar lo nuevo, que a veces no nos permitimos por los prejuicios. En ese momento, “Nuevo día” fue un impulso.

Nunca he visto juntos en directo a Lole y Manuel. A él le he podido ver muy de cerca, en una fiesta. A Lole he tenido la suerte de oírla cantar en varias ocasiones y de compartir el escenario con ella. Con ella he tenido conversaciones profundas, y he aprendido esa visión más espiritual de la vida que enlaza tanto con cómo me llega su sonido. Me doy cuenta de que parte de lo que busco cuando la escucho es eso: esto viene de otro lado, no viene de aquí. Obviamente ella es un canal y lo que le llega es algo mucho más grande (Entrevista de Luis Miguel Flores).

Los «discos de la vida» de los autores (Fotografía de Juan Baudet).